Una experiencia sonora suave y lúdica que ayuda a los niños a relajarse, equilibrar sus emociones y desarrollar la atención desde el juego y la calma

¿Es este baño de sonidos adecuado para tu niño o niña?

Bienvenida y preparación

Pequeña charla para conocer cómo te encuentras y adaptar la sesión a tus necesidades.

Relajación y respiración

Te acomodas en la camilla y nos preparamos con un ambiente de calma.

Inicio de baño de sonidos

Introducción de los sonidos y baño de sonido guiado Se despliegan los sonidos y vibraciónes con instrumentos terapéuticos.

Cierre y retorno

Breve conversación para ayudarte a volver suavamente al momento presente.

Evidencias científicas

Dra. Lili Naghdi, MD

Music & Health Research Collaboratory, Universidad de Toronto

«En el presente estudio, el tratamiento con LFSS no mostró efectos adversos y los pacientes que recibieron el tratamiento con LFSS mostraron una mejora estadística y clínicamente relevante». Basado en el estudio “The effect of low‑frequency sound estimulation on pacientes con fibromialgia”, donde la estimulación acústica a 40Hz redujo significativamente el dolor e insomnio en pacientes con fibromialgia, incluso permitiendo a muchos reducir la medicación.

Experiencias compartidas

Quienes han vivido la experiencia sonora comparten su sentir.

Me gustaron mucho los sonidos de los cuencos, parecían como si el agua cantara. Cerré los ojos y sentí que estaba volando en una nube. Me puse muy tranquilo, como cuando me abrazan. Al final no quería que se terminara. Quiero volver otra vez.
Iker

Sumérgete en una experiencia mágica de sonidos que relajan, equilibran y despiertan la calma interior de los más pequeños

Déjate envolver por los sonidos ancestrales de instrumentos como los cuencos tibetanos, cuencos de cuarzo, gong, tambor chamánico, tambor oceánico y diapasones terapéuticos,

60 min.

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Sesiones sonoras diseñadas para favorecer la calma, la atención y el bienestar emocional de los más pequeños.

Sobre Baños de Sonido con niños ...

Un baño de sonidos para niños es una actividad terapéutica y sensorial diseñada para introducir a los más pequeños en un entorno de calma, juego y relajación a través del uso de instrumentos como cuencos tibetanos, cuencos de cuarzo, tambores suaves, campanas, flautas o instrumentos de viento y agua.
Durante la sesión, los niños pueden escuchar, sentir y a veces interactuar con los sonidos, siempre desde el respeto por su ritmo y con una propuesta adaptada a su edad.
La experiencia no es estática ni estrictamente meditativa, sino que se adapta a la naturaleza lúdica y espontánea del niño, permitiendo que explore, escuche, imagine y, sobre todo, se relaje en un espacio seguro y amoroso.

Los beneficios del baño de sonidos en la infancia son amplios, tanto a nivel físico como emocional y cognitivo:

  • Favorece la relajación y la calma, ayudando a reducir el estrés y la sobreestimulación.

  • Mejora el enfoque y la atención plena, incluso en niños inquietos o con dificultades de concentración.

  • Regula las emociones: el sonido puede ayudar a canalizar ansiedad, tristeza o frustración.

  • Estimula la imaginación y la creatividad a través del juego sonoro.

  • Refuerza la conexión cuerpo-mente, ayudando al niño a sentirse seguro y presente.

  • Puede ser una herramienta complementaria para niños con alta sensibilidad, TDAH, autismo o ansiedad.

El impacto es sutil pero profundo: no se trata solo de entretener, sino de ofrecer un espacio de integración emocional y bienestar.

El baño de sonidos puede adaptarse a niños desde los 2 o 3 años hasta los 12 o más, según la propuesta.
En edades tempranas (2 a 5 años), las sesiones suelen ser más dinámicas, con mayor participación, exploración de los instrumentos y juegos sonoros breves.
Para niños mayores (6 a 12 años), se puede introducir un enfoque más contemplativo, con momentos de relajación guiada, escucha activa, visualizaciones simples o trabajo en grupo con intención.
Cada grupo o sesión se ajusta en duración, ritmo y contenido según el nivel de madurez, las necesidades específicas y la sensibilidad de los niños participantes.

No. Uno de los grandes valores del baño de sonidos para niños es que no exige quietud absoluta ni experiencia previa.
Muchos niños llegan por curiosidad, juego o como forma de explorar nuevas sensaciones. Algunos se mueven, otros escuchan atentamente, y otros simplemente se tumban y se dejan llevar por los sonidos.
El espacio está diseñado para acoger y acompañar, no para corregir o imponer. Incluso niños con mucha energía, con dificultad para concentrarse o con condiciones especiales (como TDAH o TEA) pueden beneficiarse enormemente de esta experiencia cuando se les da el entorno adecuado.
Lo importante es que se sientan seguros y respetados en su forma de estar y recibir.

La preparación es sencilla y está pensada para facilitar la experiencia:

  • Viste al niño con ropa cómoda que no limite su movimiento.

  • Si es la primera vez, explícale que será una actividad tranquila con sonidos bonitos y que no tiene que hacer nada en especial.

  • Evita comidas pesadas antes de la sesión.

  • Lleva una manta ligera o cojín si es necesario para que el niño se sienta más cómodo.

  • Acompáñalo con una actitud abierta, sin expectativas ni juicios.

Después de la sesión, muchos niños están más tranquilos, sensibles o introspectivos. Es buena idea darles espacio para expresar lo que han sentido o simplemente dejar que integren en silencio lo vivido.

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